La celebración de la Exposición Iberoamericana de 1929, supuso un gran desarrollo para la ciudad de
Sevilla. La capital andaluza experimentó un gran crecimiento urbanístico y arquitectónico marcado por la creación de parques y la construcción de edificios proyectados
para dicho acontecimiento. ¿Se imaginan Sevilla sin sus emblemáticos Parque de
María Luisa o la Plaza de España? Conozca las 10 aportaciones que la exposición
supuso para Sevilla.
- La idea de realizar un Exposición internacional en Sevilla nació en 1909 de la mano del el comandante de artillería Luis Rodríguez Caso.
- Sevilla
en aquellos momentos se encontraba muy atrasada en comparación con el
resto de ciudades y países que participarían en la exposición, los
problemas más acuciantes eran los relativos al ensanche de la ciudad, el
alcantarillado, la pavimentación, agua, luz, viviendas y hoteles.
3. Lo
recaudado con la venta de entradas fue de 1.623.951 pesetas y con la venta de
Los
precios eran los siguientes:
Entrada: 2 pesetas.
Entrada jueves, sábados a partir de las 21h y domingos: 2 reales.
Pase de temporada permananente: 200 pesetas.
Abono de 25 entradas: 25 pesetas.
Entrada jueves, sábados a partir de las 21h y domingos: 2 reales.
Pase de temporada permananente: 200 pesetas.
Abono de 25 entradas: 25 pesetas.
- Al margen
del entorno de la Exposición, se actuó en otras zonas de la ciudad. Se
mejoraron las infraestructuras de la ciudad con obras como el Puente de
San Bernardo o el puente sobre el antiguo cauce del Tamarguillo.
- En días
previos a la inauguración, una reproducción de la nao Santa María, fondeó en el
Puerto de Sevilla escoltada por una división de la Armada Española y por
una flotilla portuguesa.
- La Plaza de España tenía varios contenidos. Entre ellos se hizo un recorrido por la historia de la imprenta desde la época de Johannes Gutenberg hasta las últimas tecnologías conocidas a finales de la década de 1920.
- Durante la exposición existió un medio de transporte peculiar, de gran éxito y que hizo las delicias de grandes y pequeños, fue el llamado Tren Liliput o Ferrocarril en miniatura, regalo de Alfonso XIII.
- Se construyó además un parque de atracciones en una parcela junto a la Avenida de la Raza que contaba con un palacio chino de fantasía, una ría llamada Ría Misteriosa, un autódromo eléctrico una montaña rusa (a la cual se subió la Reina Victoria Eugenia).
- Se creó un ensanche, configurando la Avenida de la Constitución tal y como ahora se conoce. Algunos de los nuevos edificios levantados en la Avenida de la Constitución tras el ensanche fueron de los prestigiosos arquitectos Aníbal González y José Espiau y Muñoz. Se derribaron varias casas de la Calle Mateos Gago, en el Barrio de Santa Cruz, para alinear las fachadas y ensanchar la calle hasta su tamaño actual. Se reformaron la Plaza de Santa Cruz, la Plaza de Doña Elvira, la Plaza del Museo y la Plaza Nueva.
- Finalizada
la exposición, la población inmigrante aumentó al igual que las deudas de
su economía local, aunque verdaderamente se dieron los primeros pasos para
convertirse en ciudad moderna e industrializada.