lunes, 23 de junio de 2014

Tesoros del fondo del mar

¿Se imaginan encontrar el equivalente de 480 millones de dólares americanos en oro, joyas y plata?. Ese fue el valor que se le dio a los restos del Nuestra Señora de Atocha cuando fue saqueado en las costas de Florida por un cazatesoros local.

¿Pueden imaginarse lo que sería descubrir los restos del llamado “Escorial de los mares”?. El pecio del Santísima Trinidad, Navío de Línea de la Armada Española (considerada el arma de guerra más imponente en los siglos XVIII -XIX) se encuentra hundido en algún lugar del golfo de Cádiz, parece que a la altura de Punta Camarinal y a unas tres millas de la costa, donde se hundió por el fuerte temporal del 24 de octubre de 1805 tras haber quedado muy maltrecho e ingobernable tras la Batalla de Trafalgar, yéndose al fondo con muchos de sus tripulantes.

Reproducción del Santísima Trinidad 
¿Somos capaces de intuir el potencial turístico, económico y arqueológico de los restos yacentes en la mayor ruta comercial de todos los tiempos con miles de años de tránsito a sus espaldas?. Fenicios, griegos, egipcios, romanos, cartagineses, venecianos, florentinos, turcos, franceses, ingleses y españoles… siglos, milenios de comercio en el Mar Mediterráneo que terminaba desembarcando en las Columnas de Hércules, el fin del mundo hasta 1492.

Las costas andaluzas guardan en sus fondos el inmenso tesoro almacenado tras milenios de comercio, guerras y temporales que se ha cobrado el más legendario de los mares en su particular impuesto aduanero. Se calculan en más de 300 los restos arqueológicos de navíos hundidos localizados en las inmediaciones de la ciudad de Cádiz, el número en el resto del litoral es sencillamente incalculable. Como incalculable es el valor de dichos yacimientos. 

Si nos atenemos a lo expuesto por el investigador de la Universidad de Cádiz José Manuel Cano, solo en las inmediaciones de Cádiz hay más oro que en toda la reserva del Banco de España. Por mencionar algunos de ellos, la Nao Buen Jesús portaba cuatro millones de ducados ; la Nao San Ignacio 7,3 millones de ducados; El Nuestra Señora del Juncal guardaba 12.000 kilos de oro amonedado, 5000 kilos de plata en lingotes y tres cajones de esmeraldas. El San Francisco Javier, con 100 kilos de piedras preciosas y 500 kilos de oro. 


El San Francisco El Soberbio con 7000 kg de oro o el Nuestra Señora de la Concepción que llevaba en su carga 580.000 monedas de oro entre una larga lista son algunos de los pecios que dan nombre a ese inmenso tesoro que se esconde bajo nuestras aguas. Un inmenso patrimonio de miles de años de intercambio entre culturas y civilizaciones que no siempre ha estado todo lo protegido que debiera.

Recientemente el Gobierno Mexicano y el Español han llegado a un acuerdo bilateral para proteger, mutuamente, los pecios y yacimientos que guardan sus respectivas costas, con el objetivo de resguardarlos no solo de las manos de los llamados cazatesoros, (auténticos piratas que destrozan todo hallazgo que cae en sus garras), sino también para que las futuras generaciones puedan disfrutar de ellos. Porque a fin de cuentas de eso se trata, de un patrimonio de la humanidad que nos corresponde proteger.

Una gran noticia para los amantes de nuestros hábitats subacuáticos, auténticos museos de una historia apasionante que tenemos la obligación de estudiar, conservar y divulgar para que el mundo entero pueda sorprenderse del inmenso tesoro que junto a la biodiversidad de sus hábitats marinos oculta Andalucía en el fondo del mar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Translate this blog