lunes, 5 de enero de 2015

Esos locos bajitos ... que conquistaron América



Tenemos una imagen de la conquista de América que nos ha llegado a través de la literatura y las obras pictóricas o de cine que sobre ella se han hecho. En todas se repite la misma imagen que ha terminado transformándose en  iconografíca, barbados hijodalgos curtidos en mil batallas , hombres feroces y sabios en su plena madurez que cifran en el filo de la espada toda las ansias de riqueza y aventuras que su imaginación era capaz de concebir.


Fundación de Santiago de Nueva Extremadura ,
hoy conocida como Santiago de Chile.

La historia no obstante esconde una curiosa omisión pasada por alto, la relativa corta edad de los próceres de la conquista. 

La mayoría de ellos eran tan jóvenes que en los casos de contar con altas responsabilidades administrativas ( adelantados, corregidores, gobernadores,alguaciles, etc) debían hacerse acompañar de un curator para que se hiciera cargo de las cuestiones que afectaran al ámbito patrimonial legal de los furibundos conquistadores de América.

Algunos ejemplos son el joven Antonio Tomás, testigo de la fundación de Santa María de tan solo quince años, o el sevillano Vicencio de Baeza que contaba trece cuando participó en los combates de San Gabriel. La vida de este joven da para una película de aventuras. Participó en la fundación de San Salvador, acompañó como arcabucero hasta Asunción al Adelantado Juan Ortiz de Zárate en su expedición de conquista, tomó parte de varios duelos a muerte por frecuentar las alcobas de muchas damas españolas y conspiró para derrocar a Diego Ortiz de Zárate y Mendieta, gobernador interino del Río de la Plata y del Paraguay nombrado por su tio Juan ,anteriormente mentado. La conspiración no tuvo éxito y el bueno de Vicencio fue condenado a muerte por martirio junto a sus cómplices, (que tal era la pena por traición en aquellos días) cuando contaba solo con veinte años de edad. 

Por cierto, que el tal Gobernador Mendieta, que tan firmemente aplicó la ley de Castilla, tenía tan solo dieciocho.

Antonio de Añasco, que llegó a ser Teniente General de Rio de la Plata, comenzó su vida en la milicia con tan solo catorce. Llegados a este punto hay que aclarar que en aquellos tiempos esto era algo aceptado como natural. Según un Tratado Militar de la Edad Media soldado se podía ser desde los catorce años porque fue a esa edad es en la que San Martín de tours se inició a la vida castrense, aunque la verdad era que desde mucho antes ya se formaba parte, si bien no sentando plaza de soldado sino como mochilero de algún infante llevando sus pertenencias,  o como tambolilero o paje.

Cuando Francisco de Pizarro  mantenía cautivo al Inca Atahualpa a la espera de su famoso rescate consistente en 84 toneladas de oro y 164 de plata con que llenó el cuarto donde estaba retenido, el guarda que lo vigilaba era un infante de dieciocho años. Sabida es la historia que Pizarro no respetó el acuerdo y terminó ejecutando al lider del Imperio Inca, quizás de manera premonitoria ese guarda adolescente se llamaba Melchor Verdugo.

Uno de los expedicionarios de Pizarro fue el ya citado Juan Ortíz de Zarate que con tan solo trece años se embarcó en la conquista de Perú. Cuando al tiempo organizó la expedición para conquistar Asunción y Rio de la Plata uno de cada seis de sus infantes tenía diecisiete años, varios de ellos no llegaban a los diez y los más veteranos, a la usanza de los tiempos llamados "soldados antiguos",  no pasaba ninguno de los veinticuatro.

Asi que ya ven, tengan en valor a las jóvenes generaciones de esta tierra, que con el apoyo necesario  son capaces de conquistar un nuevo mundo.






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